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REFUGIO EN BEGUR

P. EVA PRATS

 

El emplazamiento donde actuamos pertenece a Begur pero se encuentra apartado de éste. Tal localización con un carácter aislado del resto del municipio pero próximo al mar proporciona un lugar ideal para lo que podríamos entender como un refugio de la urbanidad de Barcelona.

El programa: segunda residencia para una pareja y sus respectivos estudios.

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“frente a un gran paisaje creen que hay que hacer un gran mirador y yo les contesto que no, porque cansa. El paisaje no debe ser una imposición permanente, debe ser una elección..." –A. Siza.

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“no extender más edificaciones sobre el territoria, sino completar aquello ya ocupado, rellenando los vacíos innecesarios (...) y el resto sería verde, claro" – E.Torres Tur, Verde, ¿y el resto?

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“motivar nuevas formas de ocupar el territorio. No se trata de imitar o de conservar artificialmente, sino de aprovechar realidades"

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“una casa tiene que ser concebida para el bienestar de sus habitantes” – Eileen Gray.

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La propuesta procura controlar las vistas y aprovechar - recuperar - intervenir sobre aquello existente + crear o intervenir sobre el paisaje.

No se trata de conservar todo lo existente, sino sólo aquello que funciona.

No se trata de aislarse totalmente de las ruinas, sino participar de su naturaleza.

El camino se entiende como un recorrido que relaciona las distintas construcciones,

entendidas a su vez como un ensanchamiento de este recorrido.

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En primer lugar se sitúa la vivienda, que conserva los desniveles y vegetación existentes. La participación de la naturaleza se efectúa de una manera filtrada y controlada. Se conserva la estructura existente -parte de los muros, las biguetas y el suelo de ladrillos- como una ruina en el acceso y en la extensión de la cocina. El interior aloja el resto de la cocina y, en la planta superior, el dormitorio. La estructura mencionada se extiende para dar lugar al estudio-biblioteca de la mujer. Éste tiene acceso también desde el exterior de forma directa.

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En la siguiente curba, lugar més privilegiado y reservado del ojo del visitante curioso, se intuye un muro calado que se prolonga con huertos y plantaciones que marcan el recorrido privado y menos accidentado -topografía más suave- que conducen al estudio del hombre. Éste se encuentra a dos niveles: a cota 174 se accede al espacio de trabajo -con iluminación cenital norte conseguida a partir de la inclinación de la cubierta- y a partir de una rampa se accede a la cota 173 donde se encuentra el espacio de jazz y lectura que requiere el programa. A partir de aquí se extiende una pasarela que dirige el sujeto a la planta superior de la plataforma de jazz para conciertos.


Así pues, siguiendo el camino se llega a la segunda ruina, que es ocupada parcialmente constituyendo la cocina-comedor común de los invitados a partir del cual se extienden los muros dando lugar a un camino alternativo más privado que dirige a los caminantes hacia los pabellones de invitados. 

Si, en vez de tomar este recorrido, uno sigue por el camino principal, se llega a un porche que enmarca el privilegiado paisaje. Se configura a partir de una planta baja libre pensada para ser ocupada ocasionalmente para celebrar espectáculos de jazz. Desde este espacio se puede acceder a la planta primera donde se encuentran las estancias cerradas.

La cubierta de esta edificación es la que está conectada directamente con el estudio del hombre anteriormente descrito.

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